El peso argentino está sufriendo hoy un descalabro del 13% con relación al valor de dólar. Si el miércoles la cotización se contrajo un 1,15% (cada dólar se cambiaba por 6,96 pesos), hoy la caída resulta abrupta, la mayor desde 2002: para lograr el mismo billete verde hacen falta 8,00 pesos.
El jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, negó hoy que el Ejecutivo esté detrás de la brusca devaluación del peso. "No ha sido una devaluación inducida por el Estado, sino la libre oferta de demanda la que se expresó ayer en el mercado", subrayó Capitanich durante una rueda de prensa.
Sin embargo, economistas y medios especializados atribuyeron la abrupta devaluación del peso a unintento gubernamental de actualizar el tipo de cambio, que se encuentra retrasado respecto al valor de mercado, lo que perjudica las reservas internacionales, en su nivel más bajo desde 2006.
El Banco Central argentino había ratificado a comienzos de año que para 2014 mantendría la estrategia de "flotación administrada del tipo de cambio", lo que en principio habría descartado actualizaciones bruscas del tipo de cambio.
El aumento del precio del dólar oficial se sumó a la escalada que desde principios de enero protagoniza la divisa también en el mercado negro, donde ayer marcó un récord al situarse en 12,15 pesos por unidad, con lo que acumula una apreciación del 21,5 % en lo que va de año. En 2010 el Gobierno de Cristina Fernández restringió la compra de dólares en un intento de frenar la fuga de divisas, lo que hizo florecer el mercado ilegal de moneda extranjera. Los controles sobre las divisas se fueron endureciendo progresivamente hasta que sólo los argentinos que demuestran que viajarán al exterior pueden conseguir autorización de Hacienda para acceder a moneda extranjera, pero con un recargo adicional.