Argentina vive estos días una carrera donde cada paso tiene un efecto inmediato sobre la vida de millones de personas. El Gobierno permitió la semana pasada una devaluación del peso del 15%, la mayor producida desde la crisis de 2002. El dólar oficial comenzaba el lunes costando 6,85 pesos y terminó a 8. Pero los dueños de las principales cadenas de electrodomésticos, dependientes por completo de la importación, corrieron más que la devaluación y se apresuraron a retirar durante el fin de semana los precios de los escaparates, suspendieron los servicios de sus páginas web, y cuando volvieron a colocar los precios, los mismos televisores, microondas, y lavadoras de siempre ya costaban hasta un 20% más caros que cuatro días atrás. Alegaban que ése era el precio que les iba costar a ellos reponer la mercancía. Y no fueron los únicos en subir los precios.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró el martes por la mañana que el Gobierno ha detectado subidas "injustificadas" en los sectores del cemento, hormigón, acero, y asfalto. Las concesionarias de automóviles también fijaron subidas de entre el 15 y el 20%. Capitanich anunció que la secretaría de Comercio ha impuesto 31 sanciones, en su mayoría contra comercios de electrónica y electrodomésticos”. Y advirtió que el Gobierno prevé combatir las “maniobras especulativas” mediante “multas, clausuras, importaciones y retiro de beneficios de políticas públicas”. Aseguró que los abusos de precios no saldrán gratis.
Capitanich suele utilizar un lenguaje muy comedido en sus conferencias de prensa pero el martes decidió elevar el tono: “La conducta especulativa de muchos empresarios y comerciantes en Argentina, la verdad es que da… vergüenza, por la actitud antipatriótica que tienen”. “Cuando aumenta el tipo de cambio oficial, por las dudas aumentan [el precio], si observan que hay una cotización absolutamente oficial [en alusión al dólar blue, el del mercado negro], por las dudas aumentan; cuando aumenta la tasa de salarios, por las dudas aumentan; cuando llueve, porque llueve, por las dudas aumentan. Nunca usted observará una conducta que tenga que ver con reducción de precios cuando se dan condiciones diferentes”.
Las reuniones que en los últimos días han mantenido Capitanich y el ministro de Economía, Axel Kicillof, con decenas de empresarios, finalmente dieron sus frutos. Pasadas las cinco de la tarde ambos ofrecieron una rueda de prensa en la que Kicillof anunció que varias empresas se habían comprometido a “retrotraer” los incrementos de precio previos al martes 21 de enero, es decir el día en que comenzó la devaluación, a la que Kicillof llamó “deslizamiento cambiario”. En cuanto a las empresas de electrodomésticos, que dependen casi por completo de las importaciones, el aumento máximo permitido será del 7,5%.
Tanto Capitanich como el ministro de Economía, Axel Kicillof, se han reunido con decenas de empresarios para alcanzar acuerdos de precios. Al mismo tiempo, el Banco Central vendió 160 millones de dólares esta semana para fijar el valor del dólar oficial en torno a los 8 pesos. El martes experimentó una ligera subida y se situó a 8,04 céntimos. Pero el que parece desbocarse de nuevo es el dólar blue -el que opera en el mercado negro-, a pesar de que apenas se realizan operaciones estos días en el mercado informal. A las tres de la tarde del martes el dólar blue había subido 35 céntimos respecto al día anterior y se situaba en 12,85 pesos por divisa. La subida resultaba un tanto extraña, ya que el Gobierno había abierto el lunes la venta oficial de dólares. Y en dos días se concretaron 22.000 operaciones de venta por un valor de 12,7 millones de dólares.
Jorge Capitanich insistió en que el dólar blue está asociado “al narcotráfico, al lavado de dinero y la evasión fiscal”. Y su escalada, obedece a una “presión psicológica” propiciada desde algunos medios de comunicación para alterar el comportamiento de los mercados.