Piketty defiende sus cálculos
Thomas Piketty, de 43 años, era hasta hace unos meses un economista poco conocido fuera de su país, Francia, y de los círculos especializados. Ahora ocupa el centro del debate económico, su último libro es un superventas y él empieza a experimentar la cara menos amable de la fama: un escrutinio feroz de sus argumentos y acusaciones que siembran dudas sobre su rigor.
Piketty, que ha sacudido el debate sobre la desigualdad en Europa y Estados Unidos, ha replicado con rotundidad a las críticas sobre los supuestos errores de cálculo en su libro, El capital en el siglo XXI. Las imprecisiones que el fin de semana reveló el diario Financial Times “no cambian absolutamente nada a las evoluciones a largo plazo”, declara Piketty a EL PAÍS.
El profesor de la Escuela de Economía de París, convertido en una estrella de rock de su disciplina con un libro en el que demuestra el aumento de las desigualdades de ingresos y patrimonio desde los años setenta, cuestiona los ataques recientes sobre el aparente manejo chapucero de los datos que sustentan su diagnóstico. En un correo electrónico, dice que él “disputa" las “microcorrecciones” que el diario británico propone.
La batalla por El capital en el siglo XXI —quizá el libro de la década, según uno de sus apologistas, el Nobel Paul Krugman— acaba de empezar. El libro tuvo un éxito modesto en su versión original, en Francia. En EE UU, se agotaron las primeras impresiones, un hecho anómalo para un ensayo especializado de más de 600 páginas. Con un mensaje progresista y propuestas redistributivas, El capital… toca una fibra sensible en el país que lleva inscrita en sus genes la igualdad de oportunidades pero que, tras emerger de una de las peores recesiones de las últimas décadas, descubre que el ascensor social está atascado y la prosperidad de las clases medias peligra.
En el mensaje, Piketty sostiene que los informes académicos más recientes, difundidos tras la publicación de su libro —en 2013 en Francia y en abril en EE UU— no echan por tierra su tesis sino que, “al contrario, refuerzan” los resultados del libro y la conclusión de que la concentración de la riqueza ha aumentado. Para demostrarlo remite a un estudio reciente de los economistas Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, “que extrañamente el FT [Financial Times] no cita”, escribe.
La investigación del Financial Times puede asestar un golpe a la credibilidad de Piketty. La mayoría de críticas que su libro había recibido hasta el fin de semana se concentraban más en las recetas económicas que ofrece para mitigar la desigualdad que en la profusión de datos que utiliza, un trabajo minucioso que incluso sus detractores ideológicos elogiaban.
En una visita a Washington, el pasado abril, Piketty se reunió con el secretario del Tesoro de la Administración Obama, Jacob Lew, y ofreció sendas charlas ante el Consejo de Asesores Económicos del presidente Barack Obama y el Fondo Monetario Internacional. Este sábado tiene previsto participar en un coloquio en Boston (Massachusetts) junto a la senadora demócrata, Elizabeth Warren, estrella de la izquierda populista de EE UU. El mensaje de la senadora sobre el declive de la clase media y el poder excesivo de Wall Street conecta con los argumentos del economista francés.